por Asokananda

El masaje de yoga tailandés tradicional cuenta con una larga historia de curación terapéutica.

Si se analiza la evolución de las técnicas de masaje curativo practicadas en Tailandia, se descubre el asombroso hecho de que las primeras raíces del masaje tailandés no se encuentran en Tailandia, sino en la India. Se cree que el legendario fundador de este arte fue un médico del norte de la India. Conocido como Jivaka Kumar Bhaccha, fue contemporáneo de Buda y médico personal del rey de Magadha Bimbisara hace más de 2.500 años. Las enseñanzas de Kumar Bhaccha probablemente llegaron a lo que hoy es Tailandia al mismo tiempo que el budismo, ya en el siglo III o II a. C.

La base teórica del masaje tailandés se basa en el concepto de líneas de energía invisibles que recorren el cuerpo.

El origen y la influencia de la India son evidentes, ya que el trasfondo de esta teoría se encuentra claramente en la filosofía del yoga. La filosofía del yoga afirma que la energía vital (llamada Prana) se absorbe con el aire que respiramos y con los alimentos que comemos. A través de una red de líneas de energía, los Prana Nadis, el ser humano recibe esta energía vital. De estas líneas de energía, el masaje tailandés ha seleccionado 10 líneas principales en las que hay puntos de acupresión especialmente importantes. El masaje de estas líneas y puntos permite tratar toda una serie de enfermedades o aliviar dolores. Las 10 líneas principales son suficientes para realizar un tratamiento práctico para todo el cuerpo y sus órganos internos. Las perturbaciones en el flujo de energía dan lugar a un suministro insuficiente de Prana, lo que a su vez conduce a la enfermedad. El trabajo sobre las líneas de energía con el masaje puede romper los bloqueos, estimular el libre flujo de Prana y ayudar a restablecer el bienestar general.

Al repasar la tradición del masaje tailandés, queda claro que nunca fue visto como un simple trabajo.

El masaje siempre se ha considerado una práctica espiritual estrechamente relacionada con las enseñanzas de Buda. Hasta hace relativamente poco, el lugar donde se enseñaba y practicaba el masaje era el templo budista. El establecimiento de centros de masajes legítimos fuera de los templos es un avance reciente.

Se entendía que dar masajes era una aplicación física de Metta, la palabra Pali (y tailandesa) utilizada en el budismo Theravada para denotar "bondad amorosa".

- Y los masajistas dedicados siguen trabajando con ese espíritu hoy en día. Un masajista verdaderamente bueno realiza su arte en un estado de ánimo meditativo. Comienza con una Puja, una oración meditativa, para centrarse completamente en el trabajo, en la curación que está a punto de realizar. Y trabaja con plena conciencia, atención plena y concentración. Hay un mundo de diferencia entre un masaje realizado en un estado de ánimo meditativo y un masaje realizado simplemente como un trabajo. Solo un masajista que trabaja en un estado de ánimo meditativo puede desarrollar una intuición para el flujo de energía en el cuerpo y para las líneas de Prana.

A diferencia del masaje occidental, el masaje tailandés tradicional no trabaja principalmente con el cuerpo físico, sino con el cuerpo energético del hombre.

El masaje tailandés no utiliza el amasamiento de los músculos, que predomina en el masaje occidental: en su lugar, se presionan los puntos energéticos o se aplica presión general. Se realizan muchos estiramientos y muchos ejercicios podrían describirse como "Hatha Yoga aplicado" o "Yoga físico aplicado". En lugar de utilizar el término "masaje tailandés", no sería una mala idea llamarlo "masaje de yoga", ya que eso es esencialmente lo que es este arte.

Cuando en 1990 se publicó en Bangkok mi libro El arte del masaje tailandés tradicional, el masaje tailandés apenas empezaba a salir del olvido al que había sido empujado por el avance de la medicina occidental. A mediados de los años 80, cuando me fascinó y me "enganché" a él, el masaje tailandés parecía un arte en extinción. Los fármacos químicos habían sustituido cada vez más a los remedios caseros y a las curas tradicionales, y la reputación del masaje tailandés se había hundido hasta el punto de ser considerado una práctica de curanderos. A esto no contribuía el hecho de que en los salones de masajes se practicaba la prostitución apenas disimulada que se hacía pasar por "masaje tailandés". Los masajes de mala calidad que se ofrecían en las playas y en algunos centros comerciales de masajes empeoraban las cosas.

El panorama cambió considerablemente a finales de los años 80.

Los límites de la medicina de estilo occidental se hicieron evidentes, lo que provocó un renacimiento del interés en la atención médica alternativa en Occidente y, en cierta medida, también en Tailandia y otros países de Oriente.

De repente, los occidentales que buscaban métodos tradicionales de tratamiento descubrieron el masaje tailandés. Médicos, enfermeras, fisioterapeutas y masajistas por un lado, y personas con formación en yoga, terapia de yoga y meditación por otro, llegaron a Tailandia para complementar sus conocimientos con una formación en masaje tailandés tradicional.

Cada vez más personas en Tailandia parecen darse cuenta de que para ciertas dolencias como asma, estreñimiento u hombros congelados y para ayudar a la recuperación después de un ataque cardíaco o para recuperar la movilidad de las extremidades después de un derrame cerebral, por mencionar solo algunos, el tratamiento de masaje tailandés es muy superior a la medicina y terapia convencionales.

Así, en una década, el masaje tailandés ha recuperado la credibilidad que merece y no sólo ha sobrevivido, sino que está más consolidado que nunca...

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